DOMINGO, 29 de junio de 2014
Artículo publicado en LA RAZÓN, suplemento A TU SALUD

Detrás del cotidiano y familiar gesto de incorporar un brick de leche a la cesta de la compra, existe una importante labor, desde el ordeño diario en las vaquerías hasta su colocación en los lineales de los supermercados.

Una labor que debe realizarse de forma coordinada entre todos los eslabones de la cadena alimentaria.  En España, el sector lácteo es de gran importancia y es clave para el desarrollo de muchas zonas rurales, generando un importante nivel de empleo y riqueza. Ganaderos, industria y distribución deben trabajar juntos para satisfacer las necesidades de un consumidor cada vez más exigente con la salud y con la economía. Y lo deben hacer con un reparto equitativo y equilibrado de márgenes para que cada uno pueda abordar eficazmente la tarea que le corresponde en cada fase y lograr la tan deseada, nombrada y necesaria sostenibilidad de la cadena, proporcionando a la sociedad productos lácteos  seguros, de calidad y a precios razonables.

El productor de vacuno de leche invierte en la modernización de sus explotaciones, dimensionándolas adecuadamente y mejorando permanentemente la genética, la alimentación y la sanidad de los animales; y la industria no cesa en la innovación de los procesos y de los productos, al igual que la distribución; pero sólo el trabajo conjunto de todos ellos permitirá satisfacer adecuadamente la demanda de los consumidores, que son al fin y al cabo el eslabón más importante de la cadena, puesto que todos los demás trabajamos para lograr su satisfacción, ofreciéndole calidad y salud desde el origen.

María Jesús Gil Rubio
Directora del Dpto. de Atención al Socio
Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP)