Es frecuente que se exhorte a las empresas a innovar para salir de la crisis. Si, además, se trata de empresas agroalimentarias, multiplíquese el consejo anterior, por el carácter estratégico que todo el mundo le reconoce a la alimentación en España. El producto, es que toda empresa agroalimentaria debería estar innovando en este crítico instante. Sin embargo, la realidad es distinta.
Se afirma que “las empresas con miedo no innovan”. Lo compartimos. Sobre todo, porque conocemos cómo se pueden comportar, no ya “las empresas”, sino todos y cada uno de los eslabones de una cadena agroalimentaria, si ninguno de ellos tiene miedo, porque la cadena es sostenible. ¿En qué se sustenta esa sostenibilidad, capaz de arrancar proezas de los distintos actores de la cadena? Fundamentalmente, en la estabilidad, la seguridad, la transparencia y la retribución justa que han de presidir las relaciones entre todos ellos, cuando trabajan en pos de un objetivo común: Responder, con la innovación, a las necesidades reales del consumidor, rechazando cualquier ejercicio innovador que no añada valor al consumidor. En tales coordenadas, es posible - y así lo constatamos- incorporar a la innovación incluso al sector primario. ¡Qué mejor escenario que generar seguridad, calidad y eficiencia desde el principio de la Cadena de valor…! Imaginen a todos los actores de la Cadena trabajando en sintonía para innovar, desde el agricultor al consumidor, y con el respaldo de la comunidad científica.
Para nosotros, es una realidad.
JOSÉ IGNACIO ARRANZ
FORO INTERALIMENTARIO
Presidente